La primera es la cara perro guapo o cara de foto, si ves la segunda sal corriendo porque te saltará encima en milésimas de segundo, la tercera viene después de la segunda y muchas carreras tras de la pelota, la cuarta es difícil de ver porque es un perro muy activo, la quinta muestra la dulzura con la que nos mira ¡es genial!, la sexta: pensamos que Ringo cree que es más pequeño de lo que es, porque para mimos se tumba literalmente encima, la séptima: la he liado...sin comentarios, la octava: tristeza pura, y sólo porque Jesús se metió dentro de casa y no le dijo nada ¿no es un sol?, la novena: creo que le estaba tocando ya las narices con tanta foto.
Deciros que es una gozada vivir con Ringo, que aunque el jardín no lo podamos tener como nos gustaría porque de tanto correr se lo carga todo, los cristales estén a menudo llenos de huellas de sus patas, haya que sacarlo aunque llueva o haga mucho frío merece la pena: porque si estás triste, se acurrucará a tus pies y hará todas la monerías posibles para que sonrías y cuando llegas a casa salta y salta de alegría al verte y no te deja hacer nada hasta que no estás un rato con él y por muchas cosas más , pero no os voy a aburrir, no lo cambiaría por nada.
Pero como sé que sois muchos los que leéis este blog y se acercan los regalos de Navidad, por favor un perro no es un juguete, harían cualquier cosa por ti, son nobleza pura y sienten.
Si tus hijos quieren un perro, les aportará un montón de cosas buenas, pero date cuenta que no estás comprando un regalo, estás trayendo un miembro más a tu familia.
Os iré contando muchas más cosas: En las aventuras de Ringo
¡Qué paséis un buen puente!.
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